miércoles, 18 de junio de 2008

Razones por qué Jesús apoya el paro


Definitivamente Jesús sí apoya "el paro" de los profesores y de los estudiantes. Dándole vuelta al asunto -por si alguien cuestiona que mi amiga, la ANAbautista, sea líder en su Universidad-, descubrí razones por las que Jesús hubiese estado en contra de la LGE:

1. Estaba en contra del "lucro". Participó en una protesta en las afueras del templo, echando a los que lucraban de la gente pobre vendiéndoles palomas y animales para el sacrificio a precios exorbitantes (Mateo 21:12-13). Más encima los trató de ladrones.

2. Defendía el principio de "equidad". Mal que mal jamás habría podido estudiar en La Salle, en el Metodista, en el Claret o en el Bautista, porque
sólo era el hijo de un carpintero y para completarla, de Galilea. Por eso es que lo discriminaban (Mateo 13:54-55).

3. Era partidario de sueldos justos. No por nada cuando narra la parábola de los trabajadores en la viña, el dueño hace un trato (¡y que más encima lo cumple!) con sus trabajadores, asegurándoles que les pagará un salario justo (Mateo 20:1-4).

4. Cuestionaba la calidad de la educación. Los que tenían el poder religioso y económico (fariseos y saduceos, respectivamente) estaban poco interesados en cambiar el actual estado de cosas. Así mantenían al pueblo en la ignorancia. Jesús les dio duro a los maestros de la ley por su manera de enseñar, diciéndoles sin pelos en la lengua "se supone que ustedes deben enseñar al pueblo cómo obedecer a Dios, pero ni ustedes mismos saben cómo hacerlo" (Mateo 23:16). Por algo los trató de hipócritas y de ciegos guías de ciegos.

¿Quién dijo que Jesús estaba pasado de moda y que era irrelevante para estos tiempos?

lunes, 16 de junio de 2008

No pares de pedalear


Una de las últimas veces en que vi al “Nico” tenía como 5 años. Estaba en el antejardín del templo en La Florida, Santiago, detrás de una manguera, mojando a cuanto “hermanito” se le cruzaba por delante, y que intentaba entrar o salir del templo. Ni siquiera la amenaza del “cuco” del Pastor que se va a enojar, que usan los papás, sirvió de algo. Igual me manguereó…

Y el “Nico” creció. Ahora va pedaleando por la vida, llegando primero a la meta en cuanta competencia de triatlón se le cruza por delante. Para ser un ganador ha tenido que batallar duro: seguir braceando para salir primero del agua, y tomar aliento a pesar de los calambres en el trote y sin dejar de pistonear, levantándose si cae de la bicicleta. La Maritza, su mamá, lo acompaña a todos lados. Ella también es una ganadora. Sola, ha criado a sus tres hijos. Nadie dijo que la vida para un creyente tenía que ser fácil.

Esta generación, como ninguna otra, ha tenido que pedalear duro para vencer a la adversidad. Como nunca antes, un mundo hostil y adverso para el cristiano, ha sido el campo de competencia para quienes no se dan el lujo de ser uno más del montón. No están dispuestos a ser mediocres ni perdedores en medio de las presiones de la vida fácil, liviana y tentadora. Esta generación sí que no puede dejar de pedalear para salir de tanto pecado que le rodea. Son los que están dispuestos a permanecer fieles, a ser constantes en sus convicciones. Siguen las reglas del juego, aunque eso demande sacrificio.

Conozco a much@s chic@s que son como el “Nico”… son los que están dispuestos a no parar de pedalear con tal de llegar a la meta.

“… el atleta que participa en una carrera no puede ganar el premio si no obedece las reglas de la competencia.” (2 Ti. 2:5)