lunes, 13 de octubre de 2008

No existe el dia evangelico


En la mañana un colega comentó en la sala de profesores que sería feriado el 31 de octubre. Todos se volvieron eufóricos y celebraron la noticia….sentí que hacíamos el ridículo y me dio vergüenza ajena. ¿Es meritorio que los cristianos evangélicos requiramos por ley un día especial?

La verdad es que es un absurdo esto del Día de las Iglesias Evangélicas. Nada más contrario al sentido común. Es que la gran mayoría de las iglesias no tenemos nada que ver en nuestros orígenes históricos con la Reforma de Lutero (claro, excepto los luteranos y metodistas históricos). Tampoco es una festividad que tenga arraigo o tradición alguna…jamás hemos celebrado en las iglesias ese hecho histórico en que Lutero clava sus tesis en las mismas narices de una iglesia católica. Más bien Lutero instaba a no tener feriados para los santos, sino que debíamos trabajar.

Hace algunos años atrás, un joven recién recibido de abogado se presentó en un Consejo Regional de Pastores y vendió la “mula” que era creyente y que andaba en busca de su destino: o era misionero o pastor, o se dedicaba a la política. Sus palabras –sin ton ni son- evidenciaban que no le alcanzaba ni para primo. Meses más tarde apreció como candidato a diputado. Es el mismo honorable que aparece patrocinando esta ley y que en estos días se pone para la foto con autoproclamados representantes del pueblo evangélico. Somos ingenuos. Obvio que ningún político iba a desperdiciar un universo de 3 millones de votantes. Seguro que cuando vengan elecciones parlamentarias esos mismos patrocinantes nos pasarán la factura por el feriado que “honra” a los evangélicos.

Nadie pensó en los 700 millones de dólares que pierde el país por un día de trabajo, ¿en qué “honra” al pequeño empresario a quién el crédito lo tiene con la soga al cuello? Tampoco pensamos en los 230 matrimonios que no celebrará el Registro Civil, ¿qué sentirá esa novia acerca de las Iglesias Evangélicas que le arruinaron la celebración del día siguiente y las reservas de su “luna de miel”? Nadie se puso en el lugar de aquellos que han esperado por meses consultas con un especialista en hospitales y consultorios, ¿qué sentirá en este día de reconocimiento a las iglesias esa ancianita que tendrá que esperar dos a seis meses más por atención médica? Ninguno pensó en esa mujer que tenía audiencia en un Tribunal de Familia para que un mal padre diera la pensión de sus hijos y que ahora deberá esperar uno o seis meses más. No se nos ocurrió que ese día había programadas cirugías prioritarias, que deberán esperar al menos dos semanas, ¿qué le diremos a esa madre que perderá la vida de su hijito que no resistió, todo por un feriado “evangélico”?

Jesús no necesita para “Su” iglesia de un reconocimiento del César. Más aún cuando él mismo se mandó un discurso político (y subversivo) cuando separó aguas entre las cosas que son de Dios y las que son del César (que se creía Dios). El mismo Jesús, quien dijo que él trabaja y su Padre trabaja, hasta el día de hoy. Jesús, para quien ni siquiera el día de reposo era tan especial, pues era más importante la vida de las personas.

Definitivamente, para los cristianos no hay un día evangélico…Mañana y cada mañana, me levantaré al trabajo, a la vida familiar, al Liceo o a la Universidad, pensado que ese es el día de la iglesia de Cristo. ¡Celebra cada día a Jesús y con tu excelencia honra a la iglesia!

lunes, 6 de octubre de 2008

Dios sabía que se iba a "funar" la economía


Mi profe de Apologética –que tiene que ver con el estudio de la defensa de la fe, como si la “fe” necesitara de defensa alguna-, advertía una mañana del año 89 cuando se venía guarda abajo el muro de Berlín, que el sistema neoliberal NO era la solución para los males sociales, que tarde o temprano… Sus palabras serían proféticas…

Occidente vivía una verdadera euforia con el derrumbe de los regímenes comunistas. La Unión Soviética y el comunismo, cualquier ideología con olor a “ismo” tenía sus días contados. Punto final para los grandes proyectos sociales; sepultura para la utopía. Ahora sí que el mundo iba a cambiar, porque la economía de libre mercado y la “verdadera” democracia y blablablabla.
Cuento corto, nos comentó que el neoliberalismo se nutre de una debilidad humana…el egoísmo. ¡El corazón que mueve a esta sociedad es el pecado! El lema que mueve a la economía es “esto lo quiero para mí”. ¿No me digas? Pero eso tiene un costo, tienes que pagar y sacrificar a los demás.

Inescrupulosos, arribistas, insensibles, avaros y codiciosos, que velaban por sí mismos, no se dieron cuenta de la debacle que se avecinaba.

¿Qué pasó con la famosa crisis? Lo mismo que en el cuento del niño egoísta, que se le hizo un hoyito y perdió todas las bolitas que no quería compartir. Sesudos teóricos de la economía han concluido que lo que provocó esta crisis financiera, efecto dominó, fue la CODICIA. Especulación en los precios del petróleo, alza en los precios del grano (trigo, arroz, maíz) para uso de combustible, el calentamiento climático global, sobreendeudamientos hipotecarios…Todo por causa del egoísmo humano. ¿Cuál es el origen de los males sociales? La Biblia dice que el problema radica en el “amor al dinero”.

Jesús sabía que esto iba a pasar…sino para qué iba a advertir que no había que amontonar riquezas o construir bóvedas para acaparar; y las consecuencias previas a su venida…hambrunas.

Triste, pero Dios ya sabía que este sistema se iba a “funar”.