lunes, 6 de octubre de 2008

Dios sabía que se iba a "funar" la economía


Mi profe de Apologética –que tiene que ver con el estudio de la defensa de la fe, como si la “fe” necesitara de defensa alguna-, advertía una mañana del año 89 cuando se venía guarda abajo el muro de Berlín, que el sistema neoliberal NO era la solución para los males sociales, que tarde o temprano… Sus palabras serían proféticas…

Occidente vivía una verdadera euforia con el derrumbe de los regímenes comunistas. La Unión Soviética y el comunismo, cualquier ideología con olor a “ismo” tenía sus días contados. Punto final para los grandes proyectos sociales; sepultura para la utopía. Ahora sí que el mundo iba a cambiar, porque la economía de libre mercado y la “verdadera” democracia y blablablabla.
Cuento corto, nos comentó que el neoliberalismo se nutre de una debilidad humana…el egoísmo. ¡El corazón que mueve a esta sociedad es el pecado! El lema que mueve a la economía es “esto lo quiero para mí”. ¿No me digas? Pero eso tiene un costo, tienes que pagar y sacrificar a los demás.

Inescrupulosos, arribistas, insensibles, avaros y codiciosos, que velaban por sí mismos, no se dieron cuenta de la debacle que se avecinaba.

¿Qué pasó con la famosa crisis? Lo mismo que en el cuento del niño egoísta, que se le hizo un hoyito y perdió todas las bolitas que no quería compartir. Sesudos teóricos de la economía han concluido que lo que provocó esta crisis financiera, efecto dominó, fue la CODICIA. Especulación en los precios del petróleo, alza en los precios del grano (trigo, arroz, maíz) para uso de combustible, el calentamiento climático global, sobreendeudamientos hipotecarios…Todo por causa del egoísmo humano. ¿Cuál es el origen de los males sociales? La Biblia dice que el problema radica en el “amor al dinero”.

Jesús sabía que esto iba a pasar…sino para qué iba a advertir que no había que amontonar riquezas o construir bóvedas para acaparar; y las consecuencias previas a su venida…hambrunas.

Triste, pero Dios ya sabía que este sistema se iba a “funar”.

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