domingo, 20 de julio de 2008

Dios sabe de matematicas



Las matemáticas no es lo mío. Sigo pensando que 2 x 2 es empate. Para nuestro hijo José Ignacio, el que Dios provea de la nada es una cuestión de matemática divina. En una conversa de sobremesa dijo que “era un milagro, porque Dios duplica y multiplica. ¡Dios sabe de matemáticas!” Para mayor abundamiento, citó el milagro de la multiplicación de 5 y 2, los peces y panes que alimentaron a una multitud. Y nuestra hija Belén añadió el milagro del agua que se transforma en un vino de exportación, aclarando, eso sí, que se trata de una conversión matemática. Todo esto es un milagro y, a la vez, un misterio. Porque sólo en la lógica de Dios pierdes para ganar. Pablo apostaba en ello su propia existencia cuando, preso y con la amenaza de la muerte encima, dice “para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”. ¿Cómo es esta matemática en que si restas queda saldo a tu favor? Alguien perdió panes y peces, pero al final todos ganaron…¡y sobraron doce canastas! La idea es que con Dios siempre sumas; tiene un sentido positivo, aunque al ojo humano la pérdida haya sido cuantiosa o valiosa. Claro que lo entiendes en la medida de tus convicciones de fe, porque es lo que le da un sentido a las situaciones de vida. Así, el “amor de tu vida” no era tal, porque Dios tenía algo mejor. O la carrera soñada u obligada que no resultó –peor, que perdiste después de un par de años-, ya que descubres tu vocación en otra cosa. Y ganaste. O un trabajo en el que tenías puesto tu futuro y todavía estás esperando que te llamen…al final ganaste, pues Dios tenía lo óptimo. O una profesión con un futuro promisorio y Dios te llama al ministerio –como en nuestro caso-; y no lo cambiarías por nada, porque sabes que ha sido ganancia. Todo esto suena tan absurdo en un mundo en que la matemática es sinónimo de “éxito”, pero que en la matemática del creyente es sinónimo de fidelidad. Pablo tenía razón: “Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo.” Definitivamente…Dios sí sabe de matemáticas.

martes, 15 de julio de 2008

Ministra...agua va!!!!


Cuidado con la provocación a l@s chic@s, advertía el apóstol Pablo a los papis de Éfeso. Porque “sin decir ¡agua va!”, pueden reaccionar en su estado transitorio de adolescentes. Etapa absolutamente normal a cierta edad, pero que es un problema si no se supera en su tiempo (como a veces les ocurre a los adultocéntricos).
El origen del “agua va” viene de la Edad Media, cuando no había alcantarillado y las necesidades fisiológicas líquidas (léase “pipí), se arrojaba desde los balcones a la calle, sin antes advertir del peligro inminente con el grito: “¡Agua va!”. Cuento esto a propósito de la reacción de la adolescente de 14 años que “sin decir, agua va”, mojó con un jarro a la Ministra de Educación. En su descargo, María Música dijo que reaccionó así porque “no la quiso escuchar al intentar hablar con ella”. De aquí en adelante sesudos analistas, políticos y educadores, han criticado la acción sin más. Y aunque nadie podría validar el “jarrazo”, tampoco podemos entrar a opinar (quienes nos consideramos adultos) como un adolescente más.
Para evitarse un buen chaparrón, considérese lo siguiente: Jamás subestimes a los adolescentes. Recuerda que ellos van a reaccionar como adolescentes…¡no tú, si eres adultocéntrico! No se pierde el tiempo al escuchar a un adolescente, se invierte en una relación en el tiempo. Tu óptica de adulto, no es la misma de un adolescente. Evita dictar cátedra, como conocedor absoluto de la verdad, porque ellos tienen su propia verdad y que no es menos válida. Si intentas ironizar o descalificar a un adolescente…consíguete un paraguas, porque seguro que sin aviso, ¡agua va!
Pero, chic@s, Pablo también decía que tenemos que controlarnos si nos enojamos. Es que no se puede andar por la vida tirándoles agua a los adultos. Cuando un impulsivo joven le corta la oreja con su espada a uno de los que arrestaba a Jesús, el Maestro le da una ilustrativa lección –que va para jóvenes y adultos-; nuestras acciones y reacciones tienen siempre su consecuencia. No debemos precipitarnos en arrojar el vaso con agua. La injusticia genera más injusticia; la odiosidad; más odiosidad. Jesús nunca renunció a la verdad ni a la confrontación de la mentira o la injusticia, pero hizo la pregunta oportuna. Por ejemplo, ¿por qué María Música “sin decir, agua va” lanza un “jarrazo”? Piensa.

martes, 8 de julio de 2008

Mi Hijo es un regalo



Llueve. Llueve tupida y persistentemente, como sólo en Temuco. Belén me abraza y me dice: “Cuando la ambulancia se llevaba a José Ignacio, llovía; me acordé del video “Rain”. Este es un mensaje de Rob Bell (www.youtube.com/watch?v=XmGZ2U5MMKk), en el que cuenta la historia de una caminata por el bosque con su hijito pequeño en que de pronto se descarga un aguacero. Nos recuerda que en medio de la tormenta, un padre siempre le dice a su hijo “Te amo. Lo lograremos”. Cuando recibí la angustiante llamada de Noemí para decirme que el Jose estaba con convulsiones, no hacía más que clamar a Dios por la vida de mi hijo mientras manejaba de regreso a casa. No sabía qué pasaba, ni por qué nuestro hijo se había enfermado así. Mientras conducía a toda velocidad, Dios puso un pensamiento, una frase en mi mente y en mi corazón: “¡José Ignacio es un regalo!”. Ahora le he dado vuelta a lo de regalo. De partida su nombre “José” en hebreo significa ‘Dios ha añadido o añadidura de Dios’. Este hijo adoptivo, nuestro hijo, no lo buscamos. Simplemente el Señor nos los trajo a nuestras vidas como un regalo. Y pasado el susto, puedo decir: “Al que da y después quita, le sale una jorobita”… y Dios, el de las promesas, el mismo de las verdades verdaderas, no es de esa clase. ¿Por qué tendría que preocuparme? La palabra griega que se traduce como ‘regalo’ en el Nuevo Testamento es dóron. Los magos de oriente le llevan dóron al recién nacido Jesús. La gracia – favor de Dios-, algo así como que Dios juegue de tu lado, también es dóron. Pero la vida eterna es mucho más que un simple regalo. No se trata de un “engañito” para dejarte feliz, algo así como un juguete nuevo. Se trata de cárisma, como cuando Pablo dice “la dádiva (cárisma) de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Ro. 6:23). También es lo que Dios te da gratuitamente. Sólo que se trata de un super regalo. Jesús como Hijo de Dios es el regalo final. Simplemente es un regalo que el Padre nos da; sólo dice “Mi Hijo es un regalo”. Ahora me lo recuerdo a mí mismo, cuando pienso en que José Ignacio es un regalo, también. Cuando dormía en la sala de observación del hospital, le tenía cogida su manito. De tanto en tanto él la apretaba. Era como si quisiera cerciorase de que papá estaba ahí. Yo también sentía que Papá estaba ahí. Me recordaba que Dios me dice continuamente “Mi Hijo es un regalo”. Al igual que el regalo de José Ignacio, debo velar por él, pasar tiempo a su lado y, más allá de cualquier circunstancia, valorar ese hermoso regalo…aunque en Temuco llueva todo el tiempo.

miércoles, 2 de julio de 2008

Jesus tiene Facebook


¿Por qué no? Jesús también se habría sumado a Facebook.

Imagínate que en las solicitudes de amistad aparezca “Confirmar que quieres ser su amigo”; y que luego puedas conocer su perfil. No me extrañaría que en religión dijera “ninguna” o, en el mejor de los casos sólo “cristiano”. Imagínate que en su información personal suba cuáles son sus intereses, y diga “salir a caminar con mis amigos”. O su película favorita (seguro que está copado con “El manto sagrado”); su música predilecta (no me sorprendería que le guste Juan Luis Guerra). ¿Qué libros serán los favoritos de Jesús; Gracia Divina v/s Condena Humana, de Yancey, por ejemplo? ¿O sus citas predilectas? Podría ser una del Che Guevara: "Todos los días la gente se arregla el cabello, ¿por qué no el corazón?. " Imagino que en Acerca de mí pondría “Puedes leer Los Evangelios o preguntarme directamente todo lo que quieras saber”. Y puedes escribir en el muro – a – muro, que es tu mensaje de oración con Dios.

Pero, definitivamente, Jesús si tiene Facebook.

Alguien lo definió como una red social de “amigos de amigos”. Todos estamos en el Facebook de Jesús: no por nada dijo que nos llamaría amigos (Juan 15:14). Asumo que Facebook está más allá de mi capacidad de comprensión y asombro. Tal y como me ocurre con Jesús. Es increíble lo que pasa en esta red… Definitivamente tener uno es la única evidencia de que no estás afuera de la posmodernidad. Peor, alguien dijo que si no tienes uno…no existes.

En el Facebook de Jesús no sólo te relacionas con él como tu amigo personal; también te ayuda a relacionarte con los demás. Y al igual que en este libro… tu nombre está escrito en “el libro de la vida”.