sábado, 29 de septiembre de 2012

Jesús, Dubois y la espada y la pared


Difícil eso de ser profeta (pero de verdad, no como esos que ostentan un título rimbombante en su tarjeta de presentación o en el afiche que promociona su presentación en algún movimiento-de-la-visión-ungida-para-estos-tiempos). Me refiero a los que están entre la espada y la pared. Las más de las veces incomprendidos y otras tantas desechados por el poder político y religioso.
A lo Martin Luther King, a lo Pierre Dubois.
Se juegan la vida o se les va la vida en su llamado. Como Jesús de Nazareth.
Lucas, el escritor de uno de los Evangelios, se dio maña para investigar y reconstruir la historia personal de Jesús y las cosas que pasaron. Bien ordenadito. Por eso me llama la atención el capítulo 4. Porque comienza con la tentación en el desierto, donde Satanás se la presentó fácil. Era el atajo, el camino corto del poder, la riqueza y la fama instantánea. Y él le dijo que no.
Entonces se va derechito a su tierra natal, Galilea, y Lucas no pasa por alto un detalle importante: “lleno del poder del Espíritu Santo”. Es un sábado; va a la sinagoga, el lugar de reunión de los judíos para orar y estudiar la Palabra.
Jesús se pone entre la espada y la pared…por primera vez: “y se puso de pie para leer las Escrituras” (Lc.4:16b). Intencionadamente busca y lee en el Libro de Isaías:
“El Espíritu del Señor está sobre mí,
    porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres.
Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados,
    que los ciegos verán,
que los oprimidos serán puestos en libertad,
    y que ha llegado el tiempo del favor del Señor” (v.18-19)
Jesús se puso entre la espada y la pared. Porque no se quedó callado y todos quedaron asombrados de la gracia y le tiraron flores. Hasta que los confrontó con la verdad del reino de Dios y con sus religiosidades e injusticias.
Pero, ¿qué les pasó que se enfurecieron tanto como para llevarlo a la punta del cerro y querer tirarlo al precipicio?
Es que se puso entre la espada y la pared.
Lo que pasó fue que afloró todo el egoísmo humano. Fue un golpe recto a la naturaleza pecaminosa, que piensa en su propio bienestar, que defiende privilegios, que no quiere salir de su zona de seguridad y de comodidad.
Jesús solo pasó a recordarles dos historias conocidas para ellos e hizo una relectura: “Ningún profeta es aceptado en su propio pueblo” (v.24). Contrariamente a lo que ellos podrían haber esperado, como merecimiento exclusivo del favor de Dios; los bendecidos eran los marginados del sistema social-político-religioso: una viuda no judía y un leproso extranjero.
¡Cómo no se iban a enojar!
¿Se dan cuenta por qué es tan difícil ser profeta en estos tiempos? Siempre alguien se incomodará y el profeta será molesto, para todos.
Por eso hay que aprender de los profetas de estos tiempos, como Pierre Dubois…quien solo con su bicicleta y su convicción en las bienaventuranzas del reino se puso de pie entre la espada y la pared.

domingo, 24 de junio de 2012

Jesús fue un "chico reality"



Imposible no enterarse por las portadas de los diarios o las extensas notas en los noticiarios de TV. Resulta que (como si nadie lo supiera) el “gurú” de moda le hacía a la “falopa”. Y que la Vale ingirió un cóctel de alcohol y drogas, y se tajeó los brazos. Y que el “chico reality” cuasi se incineró por atraer la atención como lanza fuego rodeado de sus admiradoras en una disco.
A alguien le oí decir que todos estamos metidos en una gran reality; que este mundo posmo es un reality, ya que siempre hay alguien que te está mirando. Y, por supuesto, no falta quien te graba o toma un pic y te sube a youtube o Facebook (que como dice un amigo, es muy hocicón). Y ahí estás, expuesto a vista y paciencia (y juicio) de Pedro, Juan y Diego.
Buena o mala cosa esto de ser un “chico” o “chica” reality. A fin de cuentas, conocidos por todos y por nadie.
Pero Jesús también fue un chico reality, pero de verdad. Porque él también fue visto por todos, con la diferencia que “vimos el poder que le pertenece como Hijo único de Dios, pues nos ha mostrado todo el amor y toda la verdad.” (Jn.1:14-TLA). Y lógico que hay maneras y maneras de mostrarse, de que los demás te vean, de no ser invisible cuando se privilegia la autoimagen, que al final de cuentas es nada porque lo que vale es quien eres. Y Jesús se mostró tal cual quien es él: lleno de amor y de verdad.
Y en la era de la opinología, chic@ reality abre la boca y todos quedan con la boca abierta porque la profundidad de sus dichos no va más allá de impresiones del tipo “me gusta” o “no me gusta”. Y la diferencia, abismal, con Jesús es que todos se admiraban de sus enseñanzas nuevas y frescas, y no como los “viejos” reality del fariseísmo legalista. Por lo demás, dejó clarito que lo que llena nuestro ser interior…bueno, de eso es lo que vamos a hablar. Por eso Jesús (y ahí está nuestro desafío en el reality posmoderno) influenciaba la vida de las personas, al extremo de que se fueran pa’ la casa dándole vueltas a su vida misma, cuestionándose si vamos en la micro correcta. En fin.
Jesús era de buena madera, ¿a dónde se ha visto que un chico reality piense primero en el bien del prójimo que en su ego roba cámaras y flash? Ni que decir de buscar la popularidad fácil y rápida, si es cosa de ver cómo se le ofreció en bandeja el éxito, la fama y las riquezas…si adoraba a Satanás. Si ese es el camino corto, el atajo. Y tod@s l@s reality andan en esas.
Jesús era un chico reality de verdad. Solo él podía superar una prueba extrema: morir en una cruz por nosotros –sus amigos- y luego salir victorioso en su resurrección. 

domingo, 15 de abril de 2012

TODO CALZA...LA SECTA DE LOS SALFATES

- Todo calza, hermano, todo calza -, me dice con una voz misteriosa mientras entrecierra los ojos y me mira fijamente.

Casi cómo con susto le pregunto con el mismo tono de voz: - ¿Qué cosa, hermano, qué cosa?

- El cumplimiento de los últimos tiempos- y agrega antes de que me reponga: - El mundo no anda lejos de la verdad…el 2012 es el fin de los tiempos.

- ¿Tanto así?

- Por supuesto – y de corrido -, terremotos por doquier, cataclismos climáticos y … bueno, lo mismo que se anuncia por todos lados que en este año se acaba el mundo.

Lo miro con detención y no sé si me está tomando el pelo o habla en serio. Pero me interrumpe en mis pensamientos…

- Este 2012 se cumple la palabra del fin de los tiempos…

- ¿Usted está seguro de que ahora es el fin de los tiempos?

- ¡Pero claro, pues, hombre!- (y ahora ya ni soy hermanito, siquiera). Y molesto añade. La Biblia es clarita de lo que acontecerá en los postreros días, en los últimos tiempos.

Casi como que me habla en versión Reina Valera 60.

- Pero por lo que he leído en el griego del Nuevo Testamento se usan dos palabras para referirse a “tiempo”.

Y cómo me mira con cara de signo de interrogación, sigo rapidito:

- Una es la palabra kronos, de donde viene “cronómetro”, el aparatito que toma el tiempo medible, cuantificable. Y la otra es kairos, que es como cuando uno dice “ya, es hora de que me ponga a trabajar”. No quiere decir que sea un tiempo cronológico, sino que es la oportunidad, el momento apropiado. ¿Me entiende? – le digo.

Y mueve la cabeza en señal de negación.

- Mire –insisto-, es como en aquella parábola en la que Jesús cuenta que “—Un hombre plantó un viñedo, se lo arrendó a unos labradores y se fue de viaje por largo tiempo.” (Lucas 20:9). Ahí se usa la palabra kronos, pues se refiere al paso del tiempo.

- Entiendo-, dice con cara de atención.

- Pero cuando dice de Jerusalén “No dejarán ni una piedra sobre otra, porque no reconociste el tiempo en que Dios vino a salvarte” (Lucas 19:44); Jesús usa la palabra kairos.

- No entiendo-, replica con malhumor.

- Lo que le quiero decir es que los creyentes no podemos hacerle caso a todos estos rumores sobre el 2012. Porque Jesús usó la palabra kairos al hablar del fin de los tiempos, no como un momento puntual, sino como la oportunidad señalada por Dios.

Y como me mira con cara de pocos amigos, le cito las palabras de Jesús.

- “Sin embargo, nadie sabe el día ni la hora en que sucederán esas cosas, ni siquiera los ángeles en el cielo ni el propio Hijo. Sólo el Padre lo sabe. Y, ya que ustedes tampoco saben cuándo llegará ese tiempo, ¡manténganse en guardia! ¡Estén alerta! (Marcos 13:32-33; NTV)

Me mira con cara de decepción y me dice:

- Usted no entiende nada- y se da media vuelta y se va musitando- Todo calza, hermano, todo calza.

Estoy convencido que ha surgido en nuestras iglesias “la Secta de Los Salfates”.