Imposible
no enterarse por las portadas de los diarios o las extensas notas en los
noticiarios de TV. Resulta que (como si nadie lo supiera) el “gurú” de moda le
hacía a la “falopa”. Y que la
Vale ingirió un cóctel de alcohol y drogas, y se tajeó los
brazos. Y que el “chico reality” cuasi se incineró por atraer la atención como
lanza fuego rodeado de sus admiradoras en una disco.
A
alguien le oí decir que todos estamos metidos en una gran reality; que este
mundo posmo es un reality, ya que siempre hay alguien que te está mirando. Y,
por supuesto, no falta quien te graba o toma un pic y te sube a youtube o Facebook
(que como dice un amigo, es muy hocicón). Y ahí estás, expuesto a vista y
paciencia (y juicio) de Pedro, Juan y Diego.
Buena
o mala cosa esto de ser un “chico” o “chica” reality. A fin de cuentas,
conocidos por todos y por nadie.
Pero
Jesús también fue un chico reality, pero de verdad. Porque él también fue visto
por todos, con la diferencia que “vimos el poder que le pertenece como Hijo
único de Dios, pues nos ha mostrado todo el amor y toda la verdad.”
(Jn.1:14-TLA). Y lógico que hay maneras y maneras de mostrarse, de que los
demás te vean, de no ser invisible cuando se privilegia la autoimagen, que al
final de cuentas es nada porque lo que vale es quien eres. Y Jesús se mostró
tal cual quien es él: lleno de amor y de verdad.
Y
en la era de la opinología, chic@ reality abre la boca y todos quedan con la
boca abierta porque la profundidad de sus dichos no va más allá de impresiones
del tipo “me gusta” o “no me gusta”. Y la diferencia, abismal, con Jesús es que
todos se admiraban de sus enseñanzas nuevas y frescas, y no como los “viejos”
reality del fariseísmo legalista. Por lo demás, dejó clarito que lo que llena
nuestro ser interior…bueno, de eso es lo que vamos a hablar. Por eso Jesús (y
ahí está nuestro desafío en el reality posmoderno) influenciaba la vida de las
personas, al extremo de que se fueran pa’ la casa dándole vueltas a su vida
misma, cuestionándose si vamos en la micro correcta. En fin.
Jesús
era de buena madera, ¿a dónde se ha visto que un chico reality piense primero
en el bien del prójimo que en su ego roba cámaras y flash? Ni que decir de
buscar la popularidad fácil y rápida, si es cosa de ver cómo se le ofreció en
bandeja el éxito, la fama y las riquezas…si adoraba a Satanás. Si ese es el
camino corto, el atajo. Y tod@s l@s reality andan en esas.
Jesús
era un chico reality de verdad. Solo él podía superar una prueba extrema: morir
en una cruz por nosotros –sus amigos- y luego salir victorioso en su
resurrección.
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